Imaginando el cambio: la conservación colaborativa como motor de transformación
- Ana Julia Gómez

- 28 jul
- 1 Min. de lectura
Un problema que me preocupa profundamente es la fragmentación entre quienes planifican e implementan políticas de conservación, y quienes viven, gestionan y protegen los territorios día a día.
Esta desconexión perpetúa la invisibilización de actores clave, la falta de acceso a derechos y la debilidad de los sistemas de gobernanza ambiental.
El cambio sistémico deseado sería consolidar un ecosistema colaborativo en el que comunidades, gobiernos, empresas, organizaciones y redes se articulen de forma continua, justa y efectiva para conservar nuestras áreas protegidas y conservadas, reconociendo los saberes, liderazgos y derechos de quienes habitan y cuidan estos territorios.

¿Cómo sería el mundo si este problema se redujera?
Viviríamos en territorios más resilientes, con comunidades fortalecidas y reconocidas, donde la biodiversidad y el patrimonio cultural se integran como parte vital del bienestar, la salud y el desarrollo sostenible.
Un hito clave para lograrlo es la articulación efectiva entre embajadores/as, comunidades locales y sistemas de gestión nacional/subnacional, visibilizando sus acciones y logros en el marco del 17 de octubre Día de las Áreas Protegidas y Conservadas para Latinoamérica y El Caribe que se acuñó en el cierre del III CAPLAC (Lima 2019).
Otros hitos importantes son la designación oficial de esta fecha, el autofinanciamiento de celebraciones, y el registro exponencial de contribuciones a la naturaleza (UICN).
Las soluciones ya están en marcha: una hoja de ruta anual con capacitaciones multilingües, campañas digitales, alianzas regionales, talleres zonales y un evento híbrido que convoca, forma y articula a +8600 personas para transformar los sistemas desde el territorio.
Ana Julia Gómez
Julio 2025




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