Las mujeres de la conservación tenemos que estar en todos los niveles. En nuestra región estamos transitando un debilitamiento de los sistemas jurídicos e institucionales en relación a derechos humanos y género. El apoyo de los estamentos clave de los países (Ejemplo de Colombia y este apoyo recibido) que priorizan los derechos humanos, la democracia y la equidad, son clave para los avances y escenarios socioambientales con justicia social que necesitamos en nuestra región (Patria grande).
Las y los defensores ambientales son prioridad. Si no hay acuerdo internacional que haya acuerdos nacionales, nosotras estamos aquí por qué sabemos hacer las cosas, es indispensable que el rol y derechos de las mujeres y disidencias se respete, para esto necesitamos a muchas personas formadas con competencias y habilidades en derechos humanos, equidad, participación efectiva y trabajo colaborativo “real”. Necesitamos tener a muchas personas en el territorio.
Es clave llevar a “Escazú” a todos lados.
Las organizaciones vinculadas a derechos humanos se están movilizando y posicionando, haciendo que los decisores tengan este acuerdo en cuenta.
Tenemos muchos desafíos, pero entendemos que es mejor tener las herramientas que no tenerlas.
Apostamos por generar espacios abiertos, transparentes y no violentos / seguros entre actores, basados en la representatividad y en la obtención de resultados concretos en el marco de PROCESOS ROBUSTOS y transparentes que incluyan a todos/as/es.
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